En cuanto al origen de esta salsa, la primera referencia escrita de la salsa bechamel o besamel aparece en un libro de cocina francesa del siglo XVII. Se le dio el nombre en honor del marqués Louis de Béchameil, que llegó a ser jefe de la casa real de Luis XIV, aunque no está probado que esta salsa fuera efectivamente invención suya, pues en la corte ya se servían antes platos con cremas similares. A pesar de su antigüedad, la bechamel ha llegado hasta nuestros días y forma parte de muchos platos conocidos en todo el mundo.
La receta comienza preparando un roux, que consiste en cocinar harina en la misma proporción de grasa (tradicionalmente mantequilla, pero también sale muy bien con aceite de oliva). Después se agrega leche y se remueve constantemente para que la salsa quede fina y sin grumos. Realmente la clave es esa: añadir la leche poco a poco y no dejar de remover durante todo el cocinado.
Si a pesar de seguir los pasos nos quedan grumos, tampoco es ningún drama: un golpe de batidora la arregla perfectamente. Y en caso de que nos quede demasiado líquida, la mantendremos en el fuego removiendo sin parar hasta que espese.
Su versatilidad en la cocina es enorme y su uso está extendido en la cocina tradicional de varios países: con ella hacemos nuestras queridas croquetas, napamos la lasaña italiana o bañamos el croque monsieur francés. Pero también hacemos huevos encapotados, pechuga a la Villaroy, espinacas a la crema, verduras rellenas, gratinados… las posibilidades son muy numerosas. Por ello, saber elaborarla correctamente en casa es una gran ventaja.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo de cocinado: 20 minutos
- Tiempo total: 25 minutos
- Raciones: 4 (500-800 ml)
- Categoría: salsa
- Tipo de cocina: francesa
- Calorías por ración (kcal): 219
Ingredientes de la salsa bechamel
- 50 g de mantequilla
- 50 g de harina de trigo
- 500 ml de leche entera
- Sal
- Pimienta blanca
- Nuez moscada
- 300 ml de leche entera (en caso de buscar una consistencia más ligera)
Cómo hacer salsa bechamel
Para empezar, tenemos que hacer un roux, que es lo que dará cuerpo a la salsa bechamel. Para ello, derretimos 50 g de mantequilla en un cazo a fuego medio.
Cuando la mantequilla esté completamente fundida, añadimos 50 g de harina de trigo y removemos hasta obtener una pasta suave. Cocinamos durante 2 o 3 minutos sin dejar de remover para que la harina pierda el sabor a crudo y la salsa resulte más sabrosa.
Una vez obtenido el roux, comenzamos a incorporar poco a poco 500 ml de leche entera. No es necesario que esté caliente, pero si lo está se mezclará más rápidamente.
Removemos constantemente la mezcla para que la leche se integre bien y la masa se vaya cocinando homogéneamente, sin que se formen los tan temidos grumos.
Continuamos agregando más leche siempre y cuando la mezcla esté perfectamente ligada. En las últimas tandas, cuando la salsa esté más líquida, ya no hay peligro de que se formen grumos y se puede añadir más cantidad de golpe.
Una vez incorporada toda la leche, condimentamos al gusto nuestra salsa con sal, pimienta blanca y nuez moscada. Cocinamos 2 o 3 minutos más a fuego suave, sin parar de remover, para que la bechamel no se agarre al fondo del cazo.
Y con esto ya tendríamos ½ litro de bechamel espesa lista para utilizar en otras preparaciones.
Si queremos una bechamel un poco más ligera, no tenemos más que continuar agregando leche hasta obtener la consistencia deseada, siempre teniendo en cuenta que al enfriar adquiere más cuerpo.
Resumen fácil de preparación
- Fundimos la mantequilla en un cazo a fuego medio
- Agregamos la harina y removemos durante 2 o 3 minutos
- Empezamos a agregar la leche poco a poco
- Vamos integrando la leche removiendo sin parar, para que no se formen grumos
- Una vez la mezcla esté homogénea, añadimos otro poco de leche hasta terminarla
- Condimentamos con sal, pimienta blanca y nuez moscada
- Ya tenemos lista nuestra bechamel
- Si la queremos más líquida, agregamos más cantidad de leche
