Hay tres cosas fundamentales que hacen del bizcocho japonés un postre único. No es un bizcocho como los demás y esto se debe principalmente a que no se utiliza levadura, a que la cantidad de harina es muy inferior a la que normalmente se suele utilizar y a que lo hacemos en el horno al baño María. La esponjosidad se consigue montando las claras con el azúcar hasta que hagan picos que no se bajen e incorporando la mezcla de los demás ingredientes hasta que queden completamente integrados sin que se bajen las claras. De esta forma al hornearse se hace una especie de suflé. El proceso de horneado al baño María se hace a una temperatura inferior y durante un tiempo más largo, lo que hace que se vaya haciendo poco a poco y vaya adquiriendo esa textura tan característica.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocción: 1 hora y 30 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 45 minutos
- Raciones: 8
- Categoría: repostería
- Tipo de cocina: japonesa
- Calorías: 263 kcal por cada 100 g
Ingredientes del bizcocho japonés para 8 personas
- 70 g de harina para repostería
- 70 g de mantequilla (70 ml aceite de girasol o de oliva suave)
- 70 g de azúcar
- 70 ml de leche
- 4 huevos L (a temperatura ambiente)
- 1 cucharadita de albúmina en polvo (opcional)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
Cómo hacer el bizcocho japonés
Para hacer el bizcocho japonés lo primero que tenemos que hacer es preparar todos los ingredientes. Es muy importante organizarnos para hacer este bizcocho pues tiene dos elaboraciones fundamentales. La mezcla de la harina, con la leche, la mantequilla o el aceite, las yemas y la esencia de vainilla. Y por otro lado montar las claras con el azúcar hasta que haga picos que no se bajen.
En un bol tamizamos la harina y la reservamos. Es imprescindible tamizar la harina porque esto facilitará la mezcla con los demás ingredientes y que no salgan grumos.
Ponemos un cazo a fuego medio con la leche y la mantequilla y lo dejamos hasta que se mezcle sin que llegue a hervir.
En dos boles separamos las claras de las yemas con cuidado de que no se rompan ni se mezclen. Las claras tienen que estar bien limpias para que monten correctamente. Reservamos las yemas para mezclarlas después.
Añadimos la leche mezclada con la mantequilla al bol donde teníamos la harina tamizada. Le vamos incorporando una a una las yemas hasta que estén todas completamente integradas.
En otro bol montamos las claras. Empezamos suavemente y cuando empiecen a espumar le añadimos el azúcar en forma de lluvia y subimos la velocidad de la batidora. Lo montamos hasta que el merengue haga picos que no se bajen.
Juntamos la mezcla de los dos boles con movimientos envolventes para que no se bajen las claras.
Pasamos la masa al molde no desmontable forrado con papel de horno y le damos unos golpecitos contra la encimera para que suban las burbujas que hayan podido quedar. Lo metemos a hornear al baño María en la posición calor arriba y abajo a 160 ºC durante 90 minutos.
Transcurrido el tiempo sacamos el bizcocho del horno y lo desmoldamos. El resultado es un bizcocho súper esponjoso y ligero con un aroma a vainilla delicioso. ¿A qué esperas para hincarle el diente? Acompaña estupendamente el té o el café.
Resumen fácil de preparación
- Tamizar la harina y reservarla en un bol
- Separar las yemas de las claras en dos boles
- Calentar la leche con la mantequilla hasta que se derrita y añadírselo a la harina tamizada mezclándolo bien con una varilla hasta que no tenga grumos
- Añadir a la masa las yemas de una en una hasta que se integren por completo
- Montar las claras junto con el azúcar hasta que tenga picos que no se bajen
- Juntar la mezcla del bol con las claras y mezclar hasta que se integre y no se bajen las claras
- Forrar un molde no desmontable y rellenarlo con la masa, darle unos golpecitos para que no queden burbujas de aire en la masa
- Hornear al baño María durante 90 minutos a 160 ºC con calor arriba y abajo
- Desmoldar con cuidado y servir el bizcocho