En cocina, pochar cebolla es una de las grandes técnicas culinarias de base, por no decir la más fundamental. En la gastronomía española, es común que muchos platos comiencen con una cebolla pochada, ya que su cocción lenta y a baja temperatura permite que se libere su dulzor natural, creando una base suave y aromática para un sofrito que potenciará el sabor de los guisos y salsas.
Pero la cosa no acaba ahí, pochar la cebolla no solo es esencial para construir el sabor en platos más complejos, sino que también puede usarse de manera independiente. Es un buen acompañamiento para carnes y pescados, puede servir como ingredientes para ensaladas templadas o incluso hamburguesas, pizzas o bocadillos gourmet, aportando una textura tierna y notas dulces a cada bocado.
A la hora de cortar la cebolla para pocharla, hay varios tipos de corte que podemos elegir según la receta y el resultado que queramos obtener:
- El corte en juliana es uno de los más comunes y consiste en cortar la cebolla en tiras finas, lo que permite que se cocine de manera uniforme y rápida, manteniendo más su textura.
- El corte en brunoise, en cambio, consiste en pequeños cubos que se emplean en elaboraciones donde buscamos que la cebolla se camufle entre el resto de ingredientes.
- El corte en pluma, en el que las capas se separan en tiras más gruesas, resulta perfecto para recetas donde queremos que la cebolla tenga igual de importancia que el resto de ingredientes.
Si tuviéramos que destacar un punto clave a la hora de pochar la cebolla, este sería el cocinarla a fuego moderado. Un fuego demasiado alto puede dorarla en exceso de modo que quedaría cruda por dentro y, si se quema demasiado, nos dará sabor amargo. Otro buen consejo es no abarrotar la sartén, ya que si ponemos demasiada cebolla de una vez, se cocerá en lugar de pocharse, quedando con menos sabor.
Por último, cabe discutir una de las dudas más comunes al pochar cebolla: ¿cuándo añadir la sal?, ¿al principio o al final? Cada opción tiene sus puntos a favor ya que producen resultados ligeramente diferentes. Añadir sal desde el principio ayuda a que la cebolla suelte más rápido su agua, lo que acelera el proceso de pochado y facilita que se ablande antes. Sin embargo, este método, al igual que comenzar con el aceite frío, hace que la cebolla, más que pocharse, se cueza en el propio agua que suelta. Por otro lado, al añadir la sal al final, lograremos un pochado más lento y gradual, con un sabor final mucho más intenso. Aquí más que una recomendación u otra, depende de gustos personales y del tiempo del que se disponga.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo de cocinado: 15 minutos
- Tiempo total: 20 minutos
- Raciones: 1
- Categoría: receta base
- Tipo de cocina: internacional
- Calorías por ración (kcal): 319
Ingredientes de la cebolla pochada
- 1 cebolla mediana
- 2 cucharadas de aceite de oliva (u otra materia grasa como aceite vegetal o mantequilla)
- Sal
Cómo hacer cebolla pochada
Comenzamos nuestra receta pelando 1 cebolla mediana, retiramos la capa externa más dura y la parte de las raíces. Con la cebolla ya limpia, la cortamos en cuadraditos pequeños o en tiras finas, lo que se conoce como juliana. También podemos optar por cortarla en pluma, es decir, tiras gruesas, dependiendo de las necesidades de la receta.
Damián SerranoA continuación, ponemos 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén y calentamos a fuego medio. El aceite debe cubrir el fondo sin ser excesivo. Esta cantidad es indicativa ya que si forma parte de un sofrito, quizá la cantidad necesaria sea mayor.
Damián SerranoUna vez que el aceite esté caliente, pero sin llegar a humear, añadimos la cebolla cortada. En ese momento, escucharemos el ligero chisporroteo típico cuando la cebolla entra en contacto con el aceite caliente. Si echamos la cebolla antes de que el aceite esté a temperatura, corremos el riesgo de que se caliente despacio y mientras tanto suelte mucha agua, con lo que la cebolla se va a cocer en lugar de freírse.
Inmediatamente después de añadir la cebolla, salamos si se desea hacerlo al principio y mezclamos bien con una espátula o cuchara de madera. De esta manera, nos aseguramos de que todos los trozos de cebolla se impregnan del aceite de oliva para que se produzca un pochado uniforme.
Damián SerranoMantenemos la cebolla a fuego medio-bajo y rehogamos durante unos 10 a 15 minutos, dependiendo del tipo y variedad de cebolla. Es importante remover con frecuencia para evitar que se quemen las partes en contacto con el fondo de la sartén y que el pochado sea homogéneo en toda la cebolla. La paciencia en este paso es clave. Podemos ajustar la temperatura, bajando un poco el fuego si observamos que algunas partes comienzan a dorarse demasiado rápido.
Damián SerranoCuando la cebolla esté casi lista, si no lo hicimos al principio, sazonamos ahora con un poco de sal. La cantidad dependerá de nuestro gusto, pero con una pizca es suficiente.
Una vez que hemos añadido la sal, removemos de nuevo para que se distribuya de manera uniforme y continuamos cocinando a fuego medio-bajo durante unos minutos más, hasta que la cebolla esté completamente tierna y ligeramente translúcida. Este es el punto óptimo de pochado.
Damián SerranoCuando la cebolla esté completamente hecha, retiramos la sartén del fuego del fuego. Sabremos que está lista porque tendrá un color ligeramente dorado, pero no tostado, y estará completamente blanda al morderla. Una vez lista, ya la podemos usar como base de otras recetas o como acompañamiento.
Damián SerranoResumen fácil de preparación
- Pelar y cortar la cebolla en cuadraditos o tiras (juliana)
- Calentar el aceite en una sartén
- Cuando el aceite esté caliente, añadir la cebolla
- Salar si se desea y mezclar bien para que la cebolla se impregne con el aceite
- Rehogar de 10 a 15 minutos removiendo con frecuencia
- Cuando la cebolla esté casi lista, sazonar con sal si no se hizo antes
- Remover y continuar hasta que la cebolla esté tierna y ligeramente translúcida
- Una vez lista, retirar del fuego y usar a conveniencia