Las rosquillas galos son un dulce tradicional de Madrid, menos conocidas que las famosas tontas y listas, aunque igualmente deliciosas. Aunque su consumo se asocia principalmente con la festividad de San Isidro, el 15 de mayo, es posible encontrarlas en algunas pastelerías madrileñas durante todo el año. Estas rosquillas tienen una historia peculiar y un sabor que las distingue de otras variedades típicas de esta región.
A diferencia de las rosquillas tontas y listas, protagonistas de San Isidro, las rosquillas galos llevan mantequilla en lugar de aceite en su masa, lo que les aporta una textura más suave y ligera. No están perfumadas con anís, como las otras, y se cocinan mediante fritura en lugar de horneado, lo que les aporta un exterior ligeramente crujiente que contrasta con la suavidad de su relleno.
El origen de las rosquillas galos es fascinante. Según se dice, estas rosquillas se remontan a la época de los zares en la que unos monjes rusos llegaron a Madrid. Uno de estos monjes, de nombre Galo, se estableció en la capital y comenzó a vender estas rosquillas por las calles, ganándose rápidamente la fama entre los madrileños. Su receta fue transmitida y perfeccionada convirtiéndose en uno de los dulces favoritos de la ciudad, aunque no alcanzaron la misma popularidad que las rosquillas tradicionales de San Isidro.
El relleno de crema pastelera es uno de los grandes atractivos de estas rosquillas. En esta ocasión, hemos preparado la crema pastelera de forma rápida y sencilla en el microondas, lo que no resta ni un ápice de cremosidad ni sabor al resultado final.
Para terminar, las rosquillas galos van glaseadas con una mezcla de azúcar glas y agua, que les da un acabado brillante y dulce. Sin embargo, también se pueden encontrar versiones glaseadas con café, con limón, o incluso bañadas en chocolate, lo que añade una deliciosa variedad de sabores a este capricho madrileño.
Perfectas para acompañar el café o simplemente disfrutar como un dulce tentempié, las rosquillas galos son una joya de la repostería madrileña que merece ser más conocida y apreciada.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 50 minutos
- Tiempo de cocinado: 30 minutos
- Tiempo total: 1 hora y 20 minutos
- Raciones: 16 unidades
- Categoría: repostería
- Tipo de cocina: madrileña
- Calorías por ración (kcal): 343
Ingredientes de las rosquillas galos
Para la crema pastelera:
- 500 ml de leche entera
- Ralladura de ½ limón
- 2 huevos XL
- 100 g de azúcar
- 50 g de maicena
Para la masa de las rosquillas galos:
- 450 ml de leche entera
- 50 g de azúcar
- 50 g de mantequilla
- Sal
- 250 g de harina de trigo de repostería
- 2 huevos XL
- Abundante aceite de girasol para freír
Para el glaseado:
- 200 g de azúcar glas
- 4 cucharadas de agua
Cómo hacer rosquillas galos
Comenzamos haciendo la crema pastelera para que esté bien fría para rellenar las rosquillas galos. Calentamos 500 ml de leche entera —menos 5 cucharadas que reservaremos— en el microondas a máxima potencia durante 2 minutos, junto con la ralladura de ½ limón. Mientras tanto, mezclamos la leche reservada con 2 yemas de huevo XL, 100 g de azúcar y 50 g de maicena, y batimos hasta integrar.
Vertemos la leche caliente sobre la mezcla de huevos mientras batimos para evitar que los huevos se cuajen. Llevamos la mezcla al microondas durante 2 minutos a máxima potencia. La batimos nuevamente y volvemos a calentarla 1 minuto más. Retiramos la crema del microondas y la removemos hasta obtener una crema suave. Pasamos la crema pastelera a un bol cubierta con film para evitar que se forme costra, la dejamos enfriar un poco y la reservamos en la nevera.
Para la masa, calentamos en un cazo 450 ml de leche entera junto con 50 g de azúcar, 50 g de mantequilla y 1 pizca de sal, hasta que la mantequilla se derrita y el azúcar se disuelva por completo.
Sin retirar del fuego, añadimos de golpe 250 g de harina de trigo de repostería.
Removemos vigorosamente con una cuchara de madera para formar una masa homogénea y sin grumos.
Retiramos del fuego y dejamos que la masa se enfríe unos 10 minutos antes de incorporar 2 huevos XL que añadiremos uno a uno y mezclando bien hasta integrarlos completamente.
Pasamos la masa a una manga pastelera con boquilla rizada. Cortamos 17 cuadrados de papel de horno de unos 5 cm de lado y usamos uno de los papeles para dibujar un círculo y ponerlo debajo de los demás papeles como plantilla para formar las rosquillas.
Engrasamos los papeles pintándolos con un poco de aceite y, con ayuda de la manga pastelera, formamos rosquillas de masa siguiendo la forma de la plantilla que pondremos debajo de cada papelito.
Calentamos abundante aceite de girasol en una sartén hasta alcanzar los 170 ºC, la temperatura ideal para freír. Freímos las rosquillas de dos en dos, con su papel adherido, hasta que estén doradas, por un lado.
Luego, retiramos el papel y les damos vuelta con cuidado para dorar el otro lado.
Una vez fritas, las colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y las dejamos enfriar antes de rellenarlas.
Para el relleno, cortamos las rosquillas por la mitad con un cuchillo de sierra. Rellenamos las rosquillas galos con la crema pastelera fría, usando una manga pastelera con boquilla rizada.
Finalmente, preparamos el glaseado mezclando 200 g de azúcar glas con 4 cucharadas de agua. Sumergimos las partes superiores de las rosquillas en el glaseado y colocamos sobre las mitades ya rellenas de crema.
Y ya tendríamos las roquillas galos listas para disfrutar. Son perfectas para acompañar un café en la merienda o para una ocasión especial. Si no se van a consumir el mismo día, se pueden guardar en la nevera dentro de un recipiente hermético.
Resumen fácil de preparación
- Calentamos la leche y mezclamos los demás ingredientes de la crema pastelera
- Cocinamos en el microondas la crema pastelera hasta que espese
- Para hacer la masa de las rosquillas galos, calentamos la leche con el azúcar, la mantequilla y la sal
- Volcamos la harina de trigo
- Trabajamos la masa
- Añadimos los huevos a la masa de las rosquillas
- Cortamos los trozos de papel para formar las rosquillas
- Pintamos el papel con aceite y formamos las rosquillas con la manga
- Freímos las rosquillas, por un lado
- Retiramos el papel y las freímos por el otro lado
- Ponemos las rosquillas sobre papel absorbente y dejamos que se enfríen
- Cortamos por la mitad las rosquillas y las rellenamos con la crema pastelera
- Hacemos el glaseado y pasamos la parte superior de las rosquillas por la glasa
- Disfrutamos de las rosquillas galos recién hechas
