El popular cóctel también conocido como gin and tonic es, en esencia, un combinado de ginebra y tónica. La ginebra es una bebida alcohólica, desarrollada a partir del destilado neerlandés jenever, que se obtiene por la destilación de distintos cereales y se aromatiza con enebro y otros botánicos. Por otra parte, el agua tónica es un refresco a base de agua carbonatada desarrollada originalmente en Suiza por el joyero y empresario alemán Johann Jaboc Scheweppe aficionado a la química y comercializada por la compañía fundada con su mismo nombre en Londres desde 1792. Fue en el año 1873 cuando se le añadió la quinina al agua carbonatada para dar lugar a la conocida como agua tónica. La quinina es un alcaloide natural de sabor amargo con propiedades antimaláricas, tónicas y digestivas consumido por aquel entonces por los soldados y residentes británicos en la India, precisamente para hacer frente a la malaria.
Se dice que el origen del gin tonic surgió de la mezcla de la Indian tonic water con ginebra por parte de las tropas británicas en la India. De hecho, una de las muchas frases atribuidas a Winston Churchill reza lo siguiente: «El gin tonic ha salvado más vidas y cabezas inglesas que todos los médicos del Imperio».
Dejando atrás la curiosa historia del gin tonic, el único secreto de este cóctel está en sus ingredientes; una buena ginebra, una buena tónica, mucho hielo y unos aromáticos que realcen el sabor de la bebida sin enmascararla son las claves para conseguir un gin tonic perfecto según detallamos a continuación:
- La ginebra: la enorme variedad de ginebras en el mercado induce a pensar que no hay una única ginebra que pueda ser apodada como la mejor ginebra para hacer un gic tonic ya que esa será, sencillamente, la que más le guste al consumidor. Para ello, lo mejor es consultar los botánicos con los que está aromatizada cada ginebra para elegir una apropiada y acorde a los gustos de cada persona.
- La tónica: el criterio de selección de una buena tónica puede ser similar al de la ginebra, aunque en este caso, hay que tener en cuenta además que las aguas tónicas de baja calidad suelen ser demasiado dulces y ocultar los sabores de la ginebra, por lo que lo ideal es optar por una tónica de buena calidad con su característico toque amargo y bien equilibrada en cuanto a sabores.
- Proporción de ginebra y tónica: uno de los aspectos esenciales de esta bebida es una adecuada proporción de estos ingredientes para conseguir una mezcla equilibrada. Aunque las proporciones de estos dos elementos suelen variar mucho en función de costumbres locales y gustos, nuestra recomendación es optar por una proporción de 1 parte de ginebra por 4 partes de tónica, es decir, 50 ml de ginebra y 200 ml de tónica, que viene siendo precisamente el contenido de una botella de tónica habitual. De esta manera, obtendremos una bebida equilibrada, aromática y refrescante que no resulta pesada por un excesivo contenido alcohólico.
- Aromáticos, frutas y especias: otra de las claves de esta popular bebida y precisamente el aspecto que la hizo resurgir en los últimos años son los ingredientes aromáticos que la acompañan. Estos deben aportar matices de sabor para realzar el gusto característico de la propia bebida sin sobreponerse nunca a este. De hecho, un error muy común es sobrecargar el cóctel con especias, hierbas aromáticas y frutas de forma que se llega a perder el sabor original del combinado. Una simple rodaja o corteza de cítrico —nunca el zumo—, unas bayas de enebro o pimienta, una rodajita de pepino o manzana, o una pizca de alguna hierba aromática son más que suficientes para conseguir unos matices más que interesantes. Para la elección de estos ingredientes aromáticos, nada mejor que consultar los botánicos de la ginebra elegida y optar por ingredientes acordes a estos. Muchas veces, en la información de la propia ginebra se sugieren los aromatizantes recomendados para la bebida elaborada con ella.
- Hielos: aunque se trate simplemente de agua congelada, unos hielos de baja calidad nos pueden aguar la bebida y nunca mejor dicho. Para evitarlo, elegiremos hielos de buena calidad que no aporten sabor, grandes, compactos, bien congelados y en cantidad generosa y suficiente para mantener la bebida fresca durante todo su consumo sin que se derritan en poco tiempo.
Con estos consejos y recomendaciones, podremos elaborar fácilmente un gin tonic refrescante y delicioso, que complacerá a cualquier paladar, para disfrutarlo lentamente y siempre con moderación.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo total: 5 minutos
- Raciones: 1
- Categoría: bebidas
- Tipo de cocina: inglesa
- Calorías por ración (kcal): 221
Ingredientes del Gin Tonic
- Hielo
- 2 rodajas o cortezas de limón o lima
- 50 ml de ginebra
- 200 ml de tónica
- Bayas de enebro (opcional)
Cómo hacer un Gin Tonic perfecto
En primer lugar, vamos a enfriar una copa tipo balón. Para ello, depositamos en ella un par de cubitos de hielo, los removemos para enfriar bien la copa, los desechamos y vaciamos los restos. A continuación llenamos generosamente la copa con hielo.
Añadimos 1 rodaja o corteza de limón o lima. Medimos 50 ml de ginebra con un jigger, si lo tenemos, o con cualquier vaso medidor y la echamos en la copa.
A continuación, añadimos 200 ml de tónica, que viene siendo el contenido de una botella individual. La añadiremos lentamente y a poca altura para evitar que pierda su efervescencia. Para ello, también podemos deslizar la tónica por el reverso de una cucharilla para que caiga suavemente sobre la copa.
Mezclamos cuidadosamente la bebida con una cuchara, decoramos la copa con 1 rodaja o corteza de limón o lima, la aromatizamos al gusto, en nuestro caso con unas bayas de enebro, y servimos inmediatamente para disfrutar de esta refrescante bebida, con moderación.
Resumen fácil de preparación
- Enfriamos la copa y la rellenamos con hielo
- Añadimos una rodaja o corteza de limón o lima y la ginebra
- Añadimos la tónica
- Aromatizamos y servimos
