La harina de almendra o almendra molida es un básico que siempre ha estado presente en la repostería tradicional. Desde los clásicos como el turrón blando, los polvorones, los panellets o la tarta de Santiago hasta otros fuera de las fronteras como los macarons.
Desde hace poco, esta harina está viviendo su momento de gloria. Y con razón. Con la tendencia actual de comer más sano y reducir los refinados, la harina de almendra se ha convertido en un recurso casi indispensable. Nos permite reinventar postres típicos en versiones sin gluten y en muchos casos más saludables.
Aunque venden la harina de almendra en el supermercado, lo cierto es que si comparas precios, prepararla en casa sale mucho más económico, pues las almendras enteras suele ser más baratas. Además, podemos preparar únicamente la cantidad que necesitemos en ese momento.
Por último, la elaboración de la harina de almendra es una tarea bastante sencilla. Básicamente, solo hay que moler almendras. Pero, oye, que no te engañe su simpleza. Hay unos pequeño consejos que nos gustaría darte para conseguir exactamente lo que necesitas. Así que, si tienes almendras y una picadora, robot de cocina o incluso el molinillo del café, ya tienes medio camino hecho. ¡Vamos allá!
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo total: 5 minutos
- Raciones: 2, 200 g
- Categoría: repostería
- Tipo de cocina: internacional
- Calorías por ración (kcal): 576
Ingredientes de la harina de almendra
- 200 g de almendras crudas (con o sin piel)
Cómo hacer harina de almendras casera
Para empezar, vamos a mostrarte cómo proceder con 200 g de almendras crudas, aunque puedes adaptarlo a la cantidad que necesites. Estas almendras pueden ser con o sin piel. Ambas sirven igual. Para masas de bizcocho sería totalmente indiferente pero para otras preparaciones, como mazapán o galletas, puede que queramos usar las almendras peladas por motivos estéticos. Una vez hecha esta aclaración, empezamos colocando las almendras en la picadora, el robot de cocina o el molinillo de café. Tenemos que tener en cuenta la cantidad máxima que podemos hacer a la vez. En el robot de cocina van a caber todas probablemente, pero en el molinillo habrá que hacerlo en varias tandas.
Acto seguido procederemos a triturarlas o molerlas. Pero ojo, lo haremos en intervalos cortos, de unos 2 segundos cada uno, para evitar que se calienten demasiado y empiecen a soltar aceite. Tendremos también cuidado de no excedernos para que no se conviertan en una crema.
Damián SerranoDespués de triturarlas, si nos apetece una harina más fina o la receta lo requiere, la podemos tamizar pasándola por un colador en acero inoxidable. Los trozos más grandes que queden dentro, los volvemos a triturar y repetimos el proceso. Con este paso nos aseguramos de que la textura sea lo más fina e uniforme posible, perfecta por ejemplo para unos macarons. No obstante, para una tarta de Santiago se podría quedar con trocitos más grandes sin problema.
Damián SerranoY ya tenemos la harina de almendras lista. Finalmente, si no la vamos a usar en el momento, la guardamos en un recipiente hermético para que se mantenga fresca y evitar que se humedezca o pierda sabor y propiedades.
Resumen fácil de preparación
- Colocar las almendras en la picadora o robot de cocina
- Triturar en intervalos de 2 segundos
- Si se desea, tamizar y volver a triturar la parte más gruesa
- Guardar en recipiente hermético