El pan rallado casero es la solución ideal para dar una segunda vida a esas sobras de pan que de otra manera iban a acabar en la basura.
Esta es una receta de aprovechamiento por antonomasia ya que con ella evitaremos desperdiciar restos de pan y podremos utilizarlo en rebozados (como filetes empanados o croquetas), elaboraciones con carne picada (como albóndigas o croquetas) e incluso gratinados para dar un toque crujiente (como en pastas).
Además, como toda preparación hecha en casa, nos olvidamos de los conservantes y aditivos que suelen llevar algunos panes rallados comerciales.
La receta que hoy presentamos es una receta básica a partir de la cual podemos obtener otras variantes más especiales, simplemente añadiendo perejil, ajo rallado u otras especias. Eso sí, siempre que añadamos algún ingrediente, tendremos que cerciorarnos de que está seco ya que la humedad es la principal enemiga de nuestro pan rallado que no solo haría que dejara de estar crujiente sino que en presencia de humedad, nuestro pan rallado se estropearía enseguida.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 5 minutos
- Tiempo de cocinado: 15 minutos
- Tiempo total: 20 minutos
- Raciones: 10, 250 g
- Categoría: receta base
- Tipo de cocina: internacional
- Calorías por ración (kcal): 60
Ingredientes del pan rallado casero
- 1 barra de pan (preferiblemente de días pasados)
Cómo hacer pan rallado casero
Cortamos 1 barra de pan en trozos pequeños. Es preferible utilizar pan de días anteriores ya que se rallará mejor y ya habrá eliminado la mayor parte de la humedad. Precalentamos el horno a 150 ºC.
Eva SalorioTrituramos los trozos de pan en una picadora hasta convertirlos en migas del grosor deseado. Podemos dejarlo fino o con una textura más rústica y gruesa según preferencias. También podríamos utilizar un rallador manual en lugar de una picadora, aunque resulta bastante más tedioso.
A continuación, extendemos las migas de pan sobre una bandeja de horno con papel vegetal y horneamos durante unos 15 minutos a 150 ºC a una altura media, vigilando que quede tostado pero sin llegar a quemarse. Removemos de vez en cuando. Es muy importante para su conservación que el pan rallado esté perfectamente seco. Si mantiene algo de humedad, corremos el riesgo de que forme moho y se estropee mucho antes de lo deseado. De hecho, si nuestro pan es fresco, tendremos que prolongar unos minutos el horneado para que se seque bien.
Una vez horneado, lo dejamos enfriar y lo guardamos en un recipiente hermético, dónde nos puede durar hasta un mes si ha quedado completamente seco y las condiciones de conservación son adecuadas.
Resumen fácil de preparación
- Troceamos el pan
- Lo trituramos
- Horneamos el pan triturado 15 minutos a 150 ºC
- Lo dejamos enfriar y lo guardamos en un recipiente hermético