Hablar de rabas y no pensar en Santander y en Cantabria es imposible. Es una tradición y, sin duda alguna, la ración estrella de los aperitivos que podemos acompañar de una caña bien fría, un vinito o un vermut. Existen verdaderos templos en los que se prepara este manjar y no hay dos en los que te las sirvan iguales. A pesar de las diferencias, por lo general, están buenas en todos ellos.
Los calamares que se suelen utilizar allí para esta receta son el magano y el peludín. Se puede utilizar otro tipo de calamares que se cogen a anzuelo, lo que se conoce como potera, y son los propios calamares los que se enredan en ellos. Para subirlos al barco ha de ser muy lentamente y con tiento para que no escapen. Cuando el calamar llega al barco está vivo. La diferencia de precio entre estos calamares o los de arrastre es bastante notable pues mientras los calamares pescados uno a uno llegan vivos y en buenas condiciones, los de arrastre suelen llegar muertos y además se les estropea mucho la piel. Hay lugares en los que preparan las rabas con pota, otro tipo de cefalópodo de similares características al calamar con un sabor mucho más intenso, aunque los paladares más exquisitos prefieren sin duda alguna el calamar, porque es más suave y menos tieso al comer cuando se cocina.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 15 minutos
- Tiempo de cocción: 5 minutos
- Tiempo total: 20 minutos
- Raciones: 2
- Categoría: entrante
- Tipo de cocina: cántabra
- Calorías: 125 kcal por cada 100 g
Ingredientes de las rabas de calamar (al estilo cántabro) para 2 personas
- 1 calamar de potera (500-600 g aproximadamente)
- Harina de trigo
- Sal
- Aceite de girasol o de oliva para freír
Cómo hacer rabas de calamar cántabras
Para conseguir unas rabas de calamar al estilo cántabro lo primero que tenemos que tener en cuenta es que hay que comprar un buen producto. Cuando tenemos un buen producto a la hora de cocinarlo y de servirlo se nota, y eso cuenta mucho.
Esta receta cuando vamos a Santander no solemos prepararla, pero cuando estamos lejos de la tierruca se echa mucho de menos el comer unas buenas rabas. Y no es algo imposible de hacer, por eso nos ponemos manos a la obra para disfrutar de este platazo aunque sea a kilómetros de Cantabria.
Limpiamos el calamar, le quitamos las aletas (que podemos congelarlas o reservarlas para otro guiso) y le arrancamos la cabeza. Le cortamos la parte de los ojos y reservamos el tubo y los tentáculos. Le quitamos las tintas del interior y la pluma (esa especie de espina que tienen). Lo lavamos con agua para quitar la tinta que haya podido explotarse y lo abrimos a la mitad.
Para trocearlo lo haremos de forma horizontal. La piel al ser un clamar fresco y de muy buena calidad no es necesario quitarla, aportará sabor a nuestras rabas. Troceamos los tentáculos también.
En un plato o recipiente ponemos la harina. Enharinamos los calamares que queden bien impregnados y luego les quitamos la harina sobrante con ayuda de un colador o tamizador.
Calentamos a fuego medio alto aceite abundante en una sartén o cazo o si disponemos de una buena freidora será una estupenda opción. Freímos las rabas hasta que estén doradas y las sacamos para que se seque el aceite sobrante a un colador o una rejilla o sobre papel de cocina.
Para servir y presentar las rabas las ponemos en un plato al centro y ya tenemos lista la ración para nuestro aperitivo. Cerrar los ojos y dar un bocado será como si estuviéramos en el mismo Cabo Mayor disfrutando de nuestro aperitivo mientras la disfrutamos de las vistas y de la brisa del mar Cantábrico.
Como detalle a algunos les gusta ponerle una raja de limón, pero lo ideal es disfrutar de todo el sabor de las rabas sin artificios ni acompañamientos.
Resumen fácil de preparación
- Limpiar y trocear el calamar
- Enharinar el calamar troceado
- Freír las rabas hasta que estén doradas
- Escurrir el aceite sobrante en papel de cocina o una rejilla
- Servir las rabas recién hechas