Las rosquillas de Alcalá, también conocidas como rosquillas de yema, son unas rosquillas de hojaldre que se bañan con una crema de yema y se terminan cubriendo con un glaseado clásico. Aunque tenemos que hacer tres elaboraciones distintas, preparar estas rosquillas de Alcalá en casa, no tienen ninguna complicación y el resultado es delicioso.
Para hacer las rosquillas de Alcalá, vamos a usar hojaldre comercial y para que nos queden con buen tamaño, necesitamos usar 3 láminas de hojaldre que iremos poniendo una encima de la otra pintando con huevo batido en medio.
Para formar las rosquillas, utilicé un aro de emplatar de 6 cm de diámetro y para hacer el agujero de las rosquillas, una boquilla de manga pastelera. Dicho esto, intentaremos cortar las rosquillas aprovechando al máximo toda la superficie del hojaldre de manera que nos salgan el mayor número posible de rosquillas.
La única elaboración que nos puede resultar algo más compleja es la crema de yema para la cual necesitamos preparar un almíbar a punto de hebra. Este almíbar se hace calentando agua con azúcar hasta que la mezcla alcanza los 118 ºC. En caso de no tener un termómetro de cocina, sabremos que el almíbar está listo cogiendo un poco del almíbar con una espátula y después de dejarlo enfriar unos segundos, estirarlo entre dos dedos de manera que en el medio quede como una hebra que no se rompe.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 25 minutos
- Tiempo de cocinado: 25 minutos
- Tiempo total: 50 minutos (más el tiempo de reposo)
- Raciones: 25 unidades
- Categoría: postres
- Tipo de cocina: madrileña
- Calorías por ración (kcal): 168
Ingredientes de las rosquillas de Alcalá
Para las rosquillas de hojaldre:
- 3 láminas de hojaldre comercial
- 1 huevo
Para la crema de yema:
- 150 g de azúcar
- 75 g de agua
- 5 yemas de huevo
- 1 huevo
Para el glaseado:
- 200 g de azúcar glas
- 30 g de agua
Cómo hacer rosquillas de Alcalá
Para hacer estas rosquillas de Alcalá vamos a utilizar 3 láminas de hojaldre comercial. Desenrollamos una lámina, la pintamos con un poco de huevo batido y le colocamos encima la segunda lámina. Pintamos igualmente la segunda lámina con huevo batido y colocamos encima la tercera lámina.
Cuando tengamos las 3 láminas superpuestas, les pasamos por encima el rodillo de cocina haciendo una presión leve para asegurarnos de que quedan bien pegadas.
A continuación, vamos a cortar las rosquillas. En esta ocasión, utilicé un aro de emplatar de 6 cm de diámetro para hacer unas rosquillas de un tamaño medio. Cortamos toda la superficie de la masa, intentando aprovechar el máximo espacio posible.
Después de cortar los círculos de masa, tenemos que hacer el agujero central de las rosquillas. Para ello, utilicé una boquilla de manga pastelera, aunque también es útil usar un descorazonador de manzanas.
Una vez que tengamos todas las rosquillas cortadas, las colocamos en una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Tenemos que dejar algo de espacio entre unas rosquillas y otras ya que en el horno van a crecer un poco.
Con el horno precalentado a 200 ºC, con calor arriba y abajo, horneamos las rosquillas a 200 ºC durante unos 12-13 minutos. Después, las sacamos del horno y dejamos que se enfríen.
Mientras se enfrían las rosquillas, vamos a preparar el almíbar a punto de hebra que necesitamos para la crema de yema. Para ello, ponemos en un cazo 150 g de azúcar con 75 g de agua, mezclamos bien y calentamos a fuego medio-alto durante unos 7-8 minutos, hasta que el almíbar alcance los 118 ºC de temperatura. En caso de no tener termómetro de cocina, podemos saber que el almíbar está listo sacando un poco de almíbar del cazo con una espátula, lo dejamos enfriar unos segundos y después, lo colocamos entre 2 dedos. Al estirar el almíbar con los dedos, tiene que quedar en el medio una hebra que no se rompe.
En un bol, mezclamos con unas varillas 5 yemas de huevo con 1 huevo entero.
Añadimos el almíbar al bol de las yemas en forma de hilo mientras mezclamos continuamente con las varillas.
Devolvemos la mezcla de las yemas y almíbar al cazo donde preparamos el almíbar y lo ponemos a fuego medio-bajo. Dejamos cocinar la mezcla mientras removemos continuamente con las varillas hasta que la crema coja cuerpo y espese, lo que puede llevar unos 5 minutos.
Colocamos la crema de yema en un bol y vamos sumergiendo las rosquillas boca abajo de manera que se impregnen completamente. Las sacamos del bol escurriendo un poco el exceso de crema de yema, y las colocamos encima de una rejilla para dejar que se seque la crema durante unos 30 minutos.
Mientras se seca la crema, vamos a preparar el glaseado final de las rosquillas de Alcalá. Para ello, ponemos en un bol 200 g de azúcar glas y 30 g de agua y mezclamos bien con unas varillas hasta tener una mezcla homogénea.
Después, pintamos con el glaseado todas las rosquillas y las dejamos secar completamente durante al menos 2 horas.
Una vez se haya secado el glaseado, ya podemos servir nuestras deliciosas rosquillas de Alcalá.
Resumen fácil de preparación
- Ponemos las láminas de hojaldre superpuestas pintando en medio con huevo batido
- Presionamos levemente el hojaldre con un rodillo de cocina
- Cortamos los círculos para hacer las rosquillas
- Hacemos el agujero del medio de las rosquillas
- Colocamos las rosquillas en una bandeja de horno dejando espacio entre ellas
- Horneamos a 200 ºC sobre 12 minutos
- Preparamos un almíbar a punto de hebra con azúcar y agua
- Mezclamos las yemas con el huevo entero
- Añadimos el almíbar a las yemas en forma de hilo
- Cocinamos la mezcla de la crema de yema hasta que espese
- Impregnamos las rosquillas con la crema de yema y las dejamos secar
- Preparamos el glaseado final con azúcar glas y agua
- Pintamos las rosquillas con el glaseado y las dejamos secar completamente
- Servimos
