La calabaza es el fruto de las cucurbitáceas, una familia de plantas con numerosas posibilidades gastronómicas. Las más habituales en nuestros huertos y mercados son de buen tamaño, color anaranjado y esconden tras su dura corteza un interior sabroso y versátil tanto en la elaboración de platos como de bebidas. En cualquier caso existen infinidad de variedades que pueden cambiar en aspecto y sabor. También las semillas son comestibles, un tentempié ligero y apto para cuidar de nuestro cuerpo.
Protagonista absoluta en la festividad de Halloween, cuando la corteza es empleada de forma ornamental, con su interior podemos preparar toda clase de recetas, desde cremas y sopas hasta pasteles, recetas veganas y mucho más. Su composición rica en agua y fibra, potasio y con un gran poder saciante la convierten en compañera indispensable en dietas para combatir el sobrepeso. Su sabor ligeramente dulzón y su suavidad aportan matices perfectos para tus platos.