Los caldos son la base de numerosos platos, ofreciendo una base sobre la que cocinar prácticamente cualquier cosa. Existe un caldo para cada momento y ocasión: los caldos de carne por ejemplo, o caldos oscuros por el color que muchas veces presentan, son fundamentales para entender cocidos, guisos, sopas, arroces. Un tipo de elaboración que merece la pena dominar pues de su calidad dependerá el éxito final del plato que cocinamos.
Se puede tomar en solitario, aunque lo normal es encontrarlo en la lista de ingredientes de otras muchas preparaciones como las que aquí te presentamos. Para elaborar un buen caldo es habitual combinar carnes con huesos (casi imprescindible el hueso de jamón), a los que se suelen añadir hortalizas e incluso huesos de pollo. De la combinación dependerá el éxito de nuestro caldo y de cualquier otra receta que hagamos a partir del mismo.
Ponte el delantal, enciende el extractor y empieza a preparar comidas y cenas memorables usando el mejor caldo de carne y tu buena mano. Ya te decantes por un caldo casero o por una versión rápida que complete tu lista de ingredientes, será imposible no conseguir embelesar a quienes prueben el resultado.