¿Quién puede resistirse ante el sabor de un buen queso? Existen variedades infinitas en todo el mundo, pero sin duda el queso feta tiene un papel protagonista en la gastronomía mediterránea. Se trata de un queso blanco fresco de origen griego elaborado con leche de oveja, aunque se puede emplear también leche de cabra y de forma menos común de vaca. Para su elaboración se cura en salmuera y no se utilizan conservantes ni aditivos. Presenta una textura blanda aunque cuenta con una consistencia compacta. Es sin duda uno de los productos más clásicos y representativas de la cultura culinaria del país heleno.
Este tradicional y clásico queso griego tiene cabida en muchísimas recetas. Se utiliza de forma habitual como ingrediente para ensaladas, sopas, pastas, salsas, rellenos y hasta masas de panadería. Su contenido graso medio, entre el 30 % y el 60 %, da como resultado un sabor intenso, ligeramente ácido y picante. Combina a la perfección con verduras, frutas y frutos secos y acepta todo tipo de técnicas de cocinado como la plancha o el horno. ¿Eres un apasionado del queso feta? Sigue leyendo y descubre las numerosas posibilidades que ofrece a cocineros y chefs de todo el mundo: ¡un queso que traspasa fronteras!