La torrija es un emblemático postre, una receta de aprovechamiento que convierte una simple rebanada de pan duro en una maravilla de repostería. La rebanada de pan duro se moja en leche, se reboza en huevo y se fríe en abundante aceite. Después se suele espolvorear con azúcar o rociar con miel, aunque una torrija es mucho más, pues hay muchas variantes y formas de prepararlas, a lo que se suma su importante papel en el recetario tradicional español, siendo típicas de algunas festividades como la Cuaresma y la Semana Santa, cuando se solía suplir la prohibición de comer carne con estos contundentes bocados dulces.
Este pan mojado en leche y endulzado tiene a sus espaldas una larga historia, y es que, como receta de aprovechamiento, ha sido un recurso alimenticio durante siglos. Los distintos registros escritos nos han ido dando pistas de las innumerables versiones que se han preparado con el paso de los años hasta hoy, cuando podemos encontrar una gran variedad de torrijas, desde la más respetuosa con la receta popular, la torrija de leche, hasta las versiones que se sumergen en almíbar o vino. El ingenio culinario hace hoy posible disfrutar de torrijas hechas al horno, de torrijas mojadas en horchata o a base de leche condensada.
Sigue leyendo para descubrir la receta de la torrija perfecta, con todos esos trucos y secretos para convertirla en un dulce delicioso. Será muy importante utilizar ingredientes de calidad, respetar muy bien los tiempos y sobre todo la temperatura del aceite para lograr una torrija bien frita, de forma homogénea, que mantenga su cremoso interior. Un milagro repostero a base de ingredientes humildes que dejará de guardar secretos para ti.