Si tienes algo de experiencia en la cocina seguro que has encontrado en numerosas ocasiones recetas con vinagre de vino blanco. Y si no la tienes pronto la adquirirás, pues se trata de uno de los tipos de vinagre más consumidos y es parte de un buen puñado de preparaciones culinarias.
Para elaborar este tipo de vinagre se fermenta el vino blanco, o más concretamente el alcohol etílico que contiene, hasta obtener el ácido acético que es el componente principal de los vinagres, de un sabor fuerte, agrio, ácido y capaz de potenciar muchísimas preparaciones como salsas, vinagretas o encurtidos y conservas.