El secado es un método de conservación de los más antiguos, donde los alimentos no solo intensifican su sabor, sino que conservan la mayoría de sus propiedades. Para hacer los tomates secos usaremos tomates de pera o una variedad similar, que sean carnosos y estén en su punto óptimo de maduración.
Podemos utilizar varios métodos para el secado o deshidratación de los tomates: al sol, en deshidratadora o en el horno.
Hacer los tomates secos al sol es, seguramente, el método más antiguo y económico, pero es también el más largo y laborioso, y necesitaremos los días de sol necesarios, algo que no siempre es posible, ni en todas partes.
El secado en deshidratadoras es cómodo y rápido, sin embargo, no siempre disponemos de una deshidratadora de calidad para obtener los resultados óptimos.
Finalmente, el secado en el horno es el método más fácil y rápido y, aunque tiene un coste más elevado, podemos aprovechar mejor el gasto de horno haciendo la mayor cantidad de tomates posible, ya que, tanto el tiempo de horno como el consumo energético serán prácticamente los mismos para una mayor cantidad. Sin embargo, es importante no llenar en exceso la bandeja de tomates; es necesario dejar un espacio entre ellos para favorecer la circulación de aire y conseguir así el adecuado secado del conjunto. Lo ideal es hacerlos a una temperatura de entre 50 °C y 60 °C, no más, para que los tomates no lleguen a cocinarse y pierdan parte de sus propiedades.
Cómo conservar los tomates secos
Los tomates secos o deshidratados, si el proceso se ha hecho de manera correcta y están completamente secos, se conservan al aire en un lugar fresco y seco, incluso durante meses. Si quisiéramos conservarlos así, es fundamental que estén totalmente secos lo que no siempre se logra con los métodos de elaboración caseros. Para utilizar unos tomates completamente secos, tendremos que hidratarlos de nuevo antes de utilizarlos en nuestras recetas. Para ello, los dejamos unos 15 minutos en agua caliente tras los cuales estarán listos utilizar en nuestras recetas.
Otra opción es guardarlos en botes cubiertos con aceite de oliva que, cuando hacemos pocos, es la opción ideal para disponer de ellos en la nevera durante unos días. Si hacemos mucha cantidad y queremos que se conserven durante meses en aceite, tendríamos que guardarlos en botes esterilizados y luego envasarlos al vacío siguiendo todos los requisitos de seguridad alimentaria que exige este proceso.
Cómo consumir los tomates secos
Los tomates secos son un ingrediente ideal para usar en ensaladas, en salsas, para enriquecer guisos o para nuestros platos de pasta. Una de las grandes opciones, sobre todo cuando los conservamos en aceite de oliva, es comerlos en bocadillos, hamburguesas, en tostas o en unos deliciosos aperitivos y canapés.
Información de la receta
- Tiempo de preparación: 10 minutos
- Tiempo de cocinado: 6 horas y 30 minutos
- Tiempo total: 7 horas y 40 minutos
- Raciones: 4, 16 unidades
- Categoría: entrante
- Tipo de cocina: española
- Calorías por ración (kcal): 126
Ingredientes de los tomates secos para 4 personas
- 8 tomates de pera
- 25 g de sal
- 25 g de azúcar
- 20 ml de aceite de oliva virgen extra
- Una cucharada de orégano
- Una cucharada de tomillo
- Una rama de romero fresco
- Pimientas molidas
Cómo hacer tomates secos
Preparamos los ingredientes de la receta y lavamos los 8 tomates. Los cortamos por la mitad en sentido longitudinal y les retiramos las semillas.
Colocamos los tomates en una fuente apta para el horno, con la pulpa hacia arriba, y les ponemos 25 g de sal y 25 g de azúcar.
Los dejamos reposar una hora, les retiramos el líquido que han soltado en este tiempo de maceración y, de nuevo, los colocamos en la bandeja.
Pincelamos los tomates con 20 ml de aceite de oliva virgen extra y les añadimos las hierbas aromáticas; una cucharada de orégano, de tomillo, de romero y una pizca de la mezcla de pimientas deseada, molidas.
Encendemos el horno a 60 °C y metemos la fuente con los tomates dentro. Cada media hora la retiramos y escurrimos bien todo el jugo que van soltando, para ayudar así a que el secado sea más rápido.
Al cabo de unas tres horas, cuando los tomates están casi secos, los colocamos en la rejilla del horno, los metemos dentro de nuevo y los dejamos otras tres horas. Finalmente, y ya con el horno apagado y con el calor residual del horno, dejamos que se acaben de secar totalmente con la puerta abierta del horno.
Una vez secos los podemos usar inmediatamente en nuestras recetas favoritas o los podemos conservar en aceite. Para conservarlos, una vez fríos, los metemos en un bote, los cubrimos con aceite de oliva virgen extra y los dejamos macerar en la nevera al menos una semana para que se intensifique su sabor. Se conservarán varias semanas en la nevera, aunque si no hacemos mucha cantidad, seguro que se consumen antes. Además, una vez hayamos terminado los tomates, nos quedará un aceite con un sabor delicioso para aliñar ensaladas, o enriquecer cualquier otro plato.
Resumen fácil de preparación
- Lavamos los tomates, los cortamos a la mitad y le retiramos las semillas
- Los colocamos en una fuente, los espolvoreamos con sal y azúcar, y los dejamos reposar una hora
- Escurrimos el agua que han soltado en el tiempo de maceración y de nuevo los colocamos en la bandeja
- Los pincelamos con el aceite, añadimos las hierbas aromáticas y las pimientas
- Encendemos el horno a 60 ºC y los metemos dentro, escurriéndoles el líquido cada media hora
- Pasadas tres horas y cuando están casi secos, los colocamos en la rejilla del horno y los dejamos tres horas más. Luego los dejamos enfriar con la puerta abierta
- Una vez tenemos los tomates secos, los usamos inmediatamente o los conservamos en aceite
